El trabajo híbrido es la opción preferida por los trabajadores, según reflejan las encuestas. Si pudieran elegir, la mayoría optaría por combinar el trabajo a distancia con la presencia en las instalaciones corporativas. ¿Es una moda pasajera o está llamado a perpetuarse? Lo analizamos juntos.

Trabajo presencial versus teletrabajo

Nada es perfecto en la vida, menos aún en el trabajo. La última gran crisis sanitaria adelantó la implantación masiva de un modelo laboral a distancia que estaba en sus inicios. Sin duda, ofrece ventajas interesantes, así como algunos inconvenientes.

Analizando el trabajo a distancia

Los principales beneficios del teletrabajo son cinco:

  1. Mejor gestión y aprovechamiento del tiempo. No hay traslados ni reuniones que roben tiempo.
  2. Conciliación familiar más factible.
  3. Incremento de la productividad.
  4. Menor contaminación.
  5. Mejor estado de ánimo.

Sin embargo, también comporta varias desventajas:

  1. Complica el trabajo en equip, ya que la mayoría de las colaboraciones resultan más efectivas cuando se producen en un mismo espacio físico.
  2. Es difícil desconectar del trabajo.
  3. Requiere un plus de confianza en la organización, que, desde otro prisma, puede constituir una ventaja.

¿Cómo es el trabajo presencial?

La jornada tradicional en un centro laboral físico y compartido ofrece algunos beneficios significativos:

  1. Cohesión y sentimiento de pertenencia. Compartir conlleva sentirse más integrado y, a menudo, implicado. En definitiva, aumenta el compromiso.
  2. Favorece la comunicación y aumenta la comprensión.
  3. Incrementa la creatividad, derivada de la colaboración compartida.
  4. Reduce la monotonía.

Ahora bien, ¿qué hándicaps presenta? Los analizamos:

  1. Mayor desembolso. Tanto el trabajador como la empresa gastan más y la estructura requerida es superior.
  2. Problemas de conciliación. La suma de horarios laborales y tiempo dedicado a los desplazamientos impide estar con la familia todo lo necesario. Sobre todo, cuando la flexibilidad no se aplica como se debería.
  3. Menor productividad por culpa del estrés y la ansiedad que provoca querer llegar a todo.
  4. Calidad de vida reducida.

¿En qué consiste el modelo de trabajo híbrido?

Los clásicos ya defendían que la virtud se encuentra en el punto medio. El propio Aristóteles, en su Ética a Nicómaco, decía que esta «busca el equilibrio, la armonía». Y lo hace porque es «capaz de encontrar ese punto de moderación» que le permite no tender al exceso ni al defecto.

En un tema tan actual como los modelos laborales, estas reflexiones clásicas siguen siendo válidas. Así, el trabajo híbrido se presenta como ese punto de equilibrio que aúna lo mejor de cada alternativa. Supone aprovechar las ventajas del trabajo a distancia y del presencial, contrarrestando sus inconvenientes.

¿Es el trabajo híbrido la mejor alternativa?

Iniciábamos este contenido destacando que los trabajadores prefieren esta posibilidad. Está claro que valoran especialmente el plus de flexibilidad y cohesión que conlleva combinar ambas opciones.

La comodidad aumenta, ya que podemos decidir cuándo trabajar a distancia o presencialmente, en función de las circunstancias, los proyectos y las necesidades. El trabajador sale beneficiado, porque tiene en su mano la posibilidad de organizar a conciencia su día a día. Cuando está implicado y comprometido con su actividad y su empresa, rinde más y decide con buen criterio cómo actuar en cada instante.

La empresa, por su parte, consigue una fuerza laboral más estimulada, satisfecha y feliz. Dado que la felicidad, la satisfacción y el compromiso influyen en el rendimiento profesional, la productividad se eleva con el trabajo híbrido.

Como contrapartida, la planificación adquiere una importancia capital. Esa libertad y flexibilidad de maniobra puede derivar en un descontrol perjudicial. Desde luego, supervisar al equipo es más necesario que en el modelo tradicional. Sin embargo, la clave radica en la autosupervisión de cada profesional. Ellos son los primeros que deben comprometerse con el sistema y volcarse con su eficacia.

¿Qué tipos de trabajo híbrido existen?

Procede diferenciar tres grandes categorías:

  • Centralizado. Se establecen desde la dirección cuáles son los días presenciales y remotos para cada colaborador.
  • Descentralizado. Cada empleado los decide por su cuenta.
  • Intermedio. Desde la dirección general se marcan cuántos días se trabajará en persona y los líderes definen los horarios para sus equipos.

¿Cómo implementar este sistema?

La planificación es esencial para incorporarlo con éxito. Este modelo solo funciona cuando se concreta una estructura adecuada. Por ello, estas acciones resultan esenciales:

  • Revisar todos los roles, las tareas y las actividades de los afectados.
  • Capacitar y motivar a los implicados, sean líderes o trabajadores.
  • Adquirir las infraestructuras y las tecnologías pertinentes.
  • Reforzar la cultura organizacional.
  • Incorporar experiencias de team building.
  • Incentivar el trabajo por objetivos y la remuneración por metas alcanzadas.

Resulta cada vez más evidente que el trabajo híbrido es presente y es futuro. El auge de las nuevas tecnologías y la nueva mentalidad de las generaciones millennials postmillennials apuntan en esta dirección. Esta nueva hornada de trabajadores ha cambiado sus prioridades: el empleo es una más de las coordenadas de su vida, no el epicentro. Por ello, combinar el trabajo en casa y el presencial les resulta mucho más estimulante y satisfactorio. Ellos son el futuro.

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