Cualquier estrategia empresarial requiere adaptarse al cambio y evolucionar al mismo ritmo que la sociedad y los mercados donde se desenvuelve. Solo así podemos seguir siendo competitivos y asegurar la satisfacción de nuestros públicos.
Hoy, la transformación digital no es una opción, sino una necesidad inaplazable. La pregunta es: ¿cómo llevarla a cabo en un proceso de éxito ágil, eficaz y productivo? Los expertos sabemos que existen siete aspectos fundamentales para conseguirlo. Los comentamos a continuación.
Estrategia integral
La evolución tecnológica que estamos viviendo conlleva un cambio de paradigma en la existencia humana. También, por supuesto, en los negocios. No se trata, como antaño, de contar con nuevos dispositivos para realizar ciertas tareas descontextualizadas. Estas innovaciones implican una modificación absoluta de los modelos de negocio válidos.
Por ello, es preciso diseñar una estrategia de digitalización global. La propia concepción empresarial debe amoldarse a los nuevos tiempos: estas innovaciones, y sus consecuencias, exigen cambiar la cultura organizacional.
Por tanto, hemos de aplicar estas acciones:
- Diagnosticar la situación.
- Redefinir la propia estrategia empresarial y renovarla con los avances digitales.
- Impulsar una formación integral para los empleados.
- Adquirir e implementar las nuevas tecnologías.
- Reclutar y fomentar el talento digital.
- Implementar nuevos procesos para gestionar y decidir.
- Relacionarse con el público a través de nuevos canales de comunicación.
Buen liderazgo
Estas transformaciones no se desarrollan por sí solas hacia el éxito. Solo la existencia de un auténtico liderazgo digital permite promover la estrategia adecuada.
Un gran líder digital conjuga:
- Las habilidades del liderazgo natural.
- Los conocimientos, el convencimiento y el compromiso con las nuevas tecnologías.
- El carácter disruptivo que requiere una evolución transformadora de este calado.
Su criterio, su actividad y su ejemplo sobrepasan el papel del director digital. Esta figura asume todas las competencias de la digitalización. No le basta con saber hacerlo desde un punto de vista técnico: ha de liderar y contagiar su determinación al resto.
Mentalidad flexible
Esta imparable innovación tecnología acaba de empezar, no es posible anticipar hasta dónde va a llegar. El aprendizaje, la renovación y las sorpresas son constantes. Junto a la capacitación y el conocimiento, es fundamental ser flexibles como el junco. La capacidad de adaptación resulta clave para dirigir esta revolución empresarial en la dirección correcta.
Los inmovilismos ya no sirven. Solo cuando la dirección y los equipos de trabajo comparten una mentalidad flexible, los buenos resultados llegan. Dado que se pretende reorientar por completo el modelo de negocio, hay que estar abiertos a todo.
Plataforma de datos propia
Una de las grandes revoluciones que trae la transformación digital es la importancia sustancial que adquiere la analítica de datos. Cuando estas nuevas tecnologías se han integrado en todos y cada uno de los departamentos corporativos, la información fluye permanentemente.
El big data permite generar, compilar, analizar y aprovechar esa ingente cantidad de información. Para ello, la mejor estrategia de negocio es crear los canales para gestionar y aprovechar esos indicadores de la realidad.
Generar y gestionar correctamente esos ítems tan valiosos es un valor competitivo diferencial. De hecho, permite insistir en los aciertos, corregir errores, tomar mejores decisiones y satisfacer más al público. En consecuencia, hemos de contar con una base de datos propia.
Apóyate en expertos
Igual que nadie nace aprendido, tampoco podemos ser especialistas en todo. Al afrontar un proceso transformador tan ambicioso, hemos de rodearnos de auténticos especialistas.
Hay que tener en cuenta, además, que se trata de un ámbito técnico específico y cambiante. Las novedades se suceden a tal velocidad que solo los expertos están capacitados para decidir con criterio.
En un proceso de esta dimensión y trascendencia, lo mejor es enemigo de lo bueno. No basta con hacer cosas aceptables, la excelencia es decisiva.
Crea una estructura de equipo con las personas correctas
Cuando contamos con expertos colaboradores y disponemos de un buen liderazgo digital, tenemos mucho avanzado. Pero no es suficiente. La cantidad de decisiones que hay que tomar, y las muchas consecuencias que generan, impiden sustentarse en los personalismos.
Resulta vital desarrollar una estructura solvente con equipos cualificados. La elección de sus miembros es trascendental. Y, aunque los criterios tecnológicos han de primar, también son precisas otras cualidades y soft skills. Por ejemplo, la creatividad, las habilidades de comunicación y la resolución de problemas.
Solo cuando incorporamos las personas idóneas a estos equipos la digitalización es exitosa.
Monitoriza y mide el progreso
En esta transformación, apuntar no es suficiente: es imprescindible acertar. Por ello, hacer un seguimiento exhaustivo de los avances y retrocesos experimentados es la clave del éxito. De nuevo, los datos nos dan todas las respuestas.
Controlar y medir el progreso posibilita adoptar las medidas oportunas y reforzar las actuaciones correctas. Los hechos son tozudos, nunca mienten. Por ello, conocer cómo está yendo resulta imprescindible para nuestra transformación digital.
Podemos asegurar, por tanto, que la digitalización es mucho más que un cambio de herramientas y dispositivos. Requiere crear una nueva estrategia de negocio, ganadora, para los tiempos actuales.